El Padre Oreste solía decir que no es suficiente ayudar a un hermano en necesidad a llevar su cruz, también tenemos que dejar de producir las cruces. Por esta razón, la Comunidad Papa Juan XXIII está comprometida en una obra de remoción noviolenta de las causas de la injusticia y de la marginación en el plano político y social.

El comienzo de este trabajo es la realización concreta de una “Sociedad del Gratuito”, que organiza toda la vida a partir de los más débiles.

"La construcción de la sociedad, la organización del trabajo, el intercambio de bienes, la escuela, son “formados” (es decir, reciben una forma) de los miembros más débiles. Las personas con discapacidad, los ancianos, las mujeres embarazadas, los niños, llegan a tener un papel significativo en toda la estructura social.

El trabajo asume la función que le es propria, de participación en la construcción del bien común, para lo cual es liberado de su reducción a simple factor de producción en función de la ganancia. De ello se desprende que todas las personas que componen el cuerpo social están facultados para participar a los demás sus dones a través del trabajo.

En esta sociedad se piensa en como dar la oportunidad de un trabajo a las personas con discapacidad, sin encerrarlos en instituciones. Se organiza la escuela adaptada a los que tienen más dificultades para la comprensión y el aprendizaje; se construye la ciudad accesible para los ancianos, las mujeres embarazadas, los ciegos, los cojos, los lisiados y los niños.

Estos son sólo algunos ejemplos para explicar como en la sociedad del gratuito el criterio básico es el bien de todas las personas. El principio que da forma a la sociedad del gratuito es el alterocentrismo, a diferencia del egocentrismo de la sociedad de la ganancia. El impulso generado por este principio es la gratuidad. El resorte que empuja todos sus miembros a actuar es el bien de los demás, con la certeza de que cada uno tiene el bien del otro, y que en el bien común está también el bien del individuo. En el corazón de la sociedad del gratuito está el hombre, entendido como miembro vivo de un cuerpo vivo, así que si alguien está enfermo todo el cuerpo está enfermo y en primer lugar se piensa en sanar a los enfermos.

Para eliminar estructuralmente las causas de la injusticia y de la marginación, la Comunidad Papa Juan XXIII desde el año 2006 ha obtenido el “estatus consultivo” en ECOSOC (Consejo Económico y Social de la ONU) con, a continuación, la apertura de su presencia permanente en Ginebra. 

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